Mitos sobre la celiaquía que debes dejar de creer

La celiaquía es una enfermedad autoinmune que daña el intestino delgado y altera la absorción de las vitaminas, minerales y nutrientes, provocado por la ingesta de gluten, una proteína presente en algunos cereales como el trigo, la cebada, el centeno y la avena. Según la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE), es una enfermedad que afecta al 1% de la población aproximadamente, aunque muchos casos no están diagnosticados.

La celiaquía es una condición seria que requiere un seguimiento médico y una dieta estricta sin gluten de por vida. Sin embargo, existen muchas falsas creencias sobre esta enfermedad que pueden generar confusión, desinformación y perjuicios para las personas celiacas. En este artículo vamos a desmentir algunos de los más comunes:

Mito 1: La celiaquía es una alergia al gluten

La celiaquía no es una alergia, sino una enfermedad autoinmune. Esto significa que el sistema inmunitario de las personas celiacas reacciona de forma anormal al gluten y ataca al propio intestino delgado, causando inflamación y dañando las vellosidades intestinales, provocando así, una mala absorción de los nutrientes. En cambio, la alergia al gluten es una reacción inmediata que puede provocar urticaria, dificultad respiratoria o anafilaxia, entre otros. Esta alergia es menos frecuente que la celiaquía y puede ser diagnosticada mediante pruebas cutáneas o de sangre.

Mito 2: La celiaquía solo tiene síntomas digestivos

Los síntomas digestivos como náuseas, vómitos o diarrea, son los más conocidos. Pero además, entre los más frecuentes están la pérdida de peso y de apetito, cansancio, distensión abdominal, pérdida de masa muscular, anemia y cambios de humor. Hay estudios que también relacionan la diabetes tipo I con la celiaquía. En torno al 8% de los pacientes que sufren diabetes tipo I también son celiacos.

Mito 3: Solo contiene gluten el trigo y sus derivados

Como bien dijimos anteriormente, el gluten es una proteína que se encuentra en cereales como el trigo, la avena, la cebada y el centeno. Pero además también puede encontrarse en medicamentos, pasta dental, maquillaje, etc. Por eso es importante mostrar especial atención al etiquetado de los productos que se consuman.

Mito 4: “Una vez al año no hace daño”

La dieta sin gluten no debe interrumpirse. La ingesta de esta proteína provoca a la persona celiaca, lesiones en las vellosidades intestinales. Por este motivo, aunque no tengas síntomas visibles, como diarrea o vómitos, es importe que sigas una dieta estricta libre de gluten.

Mito 5: Los productos sin gluten son saludables para todos

El gluten no es malo para todo el mundo, solo para las personas que tienen celiaquía, alergia al gluten o sensibilidad al gluten. Estas son las únicas condiciones que justifican el seguimiento de una dieta sin gluten por motivos de salud. La persona que no consume gluten sin previa prescripción médica, puede estar teniendo un déficit de ciertos nutrientes. No existe ninguna evidencia científica que demuestre que el gluten sea nocivo para nuestra salud. Al contrario, hay investigaciones recientes que evidencian que una dieta sin gluten puede reducir la composición saludable de nuestra microbiota intestinal, la cual disminuye el riesgo de ciertas enfermedades.

Mito 6: La celiaquía solo afecta a los niños

La celiaquía puede manifestarse a cualquier edad, desde la infancia hasta la edad adulta. Según FACE, el 75% de los casos se diagnostican en personas mayores de 20 años.

Mito 7: La celiaquía se cura con el tiempo

La celiaquía no tiene cura, es una patología crónica y solo se pueden evitar los síntomas, tanto digestivos como extra-digestivos, con el seguimiento de una dieta sin gluten. De esta manera no se manifiestan los síntomas derivados de la celiaquía, pero no significa que se haya curado la enfermedad.

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